martes, 16 de febrero de 2016

EL PAN PARA LAS GALLINAS DE JULIA

La compra del pan en un hogar medio sigue los principios de la "ley de Murphy para el pan" que no están escritos pero que serían algo así como:
- Si te acuerdas de comprar el pan, también se acordará tu pareja y te saldrá el pan por las orejas.
- Si hay pan, no te apetecerá comerlo y si no lo hay  lo echarás de menos.
Fruto de estas inexorables leyes, se producen semanas dramáticas para el desperdicio de este alimento. Yo he descubierto el remedio para aliviar mi conciencia: las gallinas de mi vecina, pasan del señor Murphy y se lo comen todo-todo.
Mejor sería acertar con la compra pero bueno, al menos de vez en cuando me regala huevos.
 
 
 

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